Con toda gloria y toda majestad,
diseñador del universo.
Desde su trono eterno nos miró,
y vino aquí como Cordero.
Entre nosotros quiso caminar,
buscando al mas necesitado,
hasta un leproso pudo abrazar,
llevo mi herida en su costado.
El que lavo mis pies,
siendo Rey, en su mesa me dio de comer,
me hizo caminar, sobre el mar,
el único que quiero adorar.
Con alto precio el nos valoró,
nos dio su vida y su cansancio,
el hizo al débil fuerte en su poder,
y vio en el pobre a un heredero.